jueves, enero 25, 2007

Principio de año...

No hay nada màs repentino y doloroso que la muerte de alguien a quien de alguna manera conociste. El año no ha empezado de la mejor forma: un suicidio de un compañero de la prepa al que vi hace un año en el examen profesional de mi mejor amigo y a quien pensè la vida le tendrìa preparada algo màs que una muerte tràgica en Xola. La muerte repentina de la prima de una amiga. Cuando lea esto sabrà a quièn me refiero. A los 17 años te enamoras por primera vez, das tu primer beso con nerviosismo y un dejo de inexperiencia, pero nunca te imaginas que la muerte te estarà esperando antes de cumplir los 18.

Hoy, cuando lleguè a casa despuès de trabajar, sonò el telèfono. Era mi mamà. El esposo de su amiga de toda la vida habìa muerto. Una hora màs tarde, cuando revisaba el periòdico, vi el obituario y ahì estaba su nombre... con letras grandes y negras...

Ahora a meditar...


"...¿Què es la vida? Un frenesì
¿Què es la vida? Una ilusiòn,
una sombra, una ficciòn,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."
Calderòn de la Barca.
* Una hora despuès de que escribì lo anterior llamò mi tìa para avisarnos que su cuñado habìa muerto de manera repentina. Hoy, mientras tomaba un cafè y esperaba a un amigo, una mujer de mi edad se sentò justo a mi lado con un hombre. Al rato ella dijo: mi papà muriò repentinamente el 30 de diciembre...

martes, enero 16, 2007

What do you do?

Se dan cuenta que llevo la misma chamarra?
Sòlo llevaba una prenda de ese tipo pues pensè que estarìa el clima templado .
Como a los 20 años tuve mi primer "trabajo" en el kinder de una tìa. Segùn era la teacher y los niños ni me pelaban, ni repetìan y màs bien llegaba tan cansada a mi casa que terminaba odiando a los chamaquitos, lo cual es raro porque siempre me ha gustado jugar con ellos; pero de uno en uno.

Renunciè o me corrieron, nunca supe; como era mi tìa ni tiempo me dio de saber. Creo que màs bien dejè de ir porque me cansaba andar detràs de los niños y ademàs tenìa que entrar a la facultad a cumplir con mis tareas escolares. No me pagaban casi nada, pero me emocionaba saber que tenìa que enseñar algo aunque al final me di cuenta que no aprendieron (durante un mes) ni a decir "My name is...".

Casi tres años despuès, sin aprender la lecciòn, conseguì un trabajo de teacher. Cuando me dijeron que eran como 20 alumnos me agarraron los nervios, pero ni de broma podìa decir que me arrepentìa pues en mi vida habìa dado clases de inglès de manera formal màs que a unos niños de entre 4 y 5 años. Cuando entrè me temblaban las piernas y un alumno màs grande que yo me mirò con cara de incredulidad pues pensaba que una persona de 23 años -5 años menor que èl- no podrìa hablar un idioma. (El tìpico complejo de los que piensan que de alguien menor no pueden aprender nada).

Todo saliò bien, aprendieron lo que debìan de aprender (al menos eso creo) y yo aprendì màs que ellos durante aquellos sàbados. LLevo tres meses dando clases de inglès. Me levanto todos los dìas a las 5:30 am. Me pagan una miseria, pero es infinitamente màs grande todo lo que he aprendido al estar frente a personas que aùn hoy me miran incrèdulas al entrar al salòn la primera clase, pues en promedio tengo la misma edad que ellos y en algunos casos menos...

miércoles, enero 03, 2007

Tu me manques…

Me recriminaría toda la vida si te perdiera en otros brazos por no haberte buscado lo suficiente como para encontrarte solo y con ganas de amar.

Tal vez te he perdido antes de hallarte, en brazos de otro amor que pensaste era el verdadero. Tal vez nunca sepa de ti y siga esperándote, pensando que llegarás alguna tarde fría de enero. Tal vez mis ansias por encontrarte se acaben un día y mi alma se conforme a extrañarte a la distancia… sin tenerte entre mis manos.

Y que si un día no te encuentro y en cambio me topo con amores difusos, engañosos, amores de unos días, quizás meses, que desaparecerán sin dejar huella de su tránsito efímero por mi andar. Y que si un día me doy cuenta que a mis manos les faltó el sabor de tu cuerpo, a mis labios el candente deseo de tus labios y a mi alma la compañía dulce de tus brazos alados. Tal vez cuando me mire al espejo no seré más que el recuerdo seco de una mujer solitaria convertida en viejos sueños.