Una semana para recordar...
Es viernes y la semana ha estado de locos. Antes que nada quiero decir: me adelanté a los hechos, me ilusioné rápido y al final nada... Pues no, aún no encuentro al "príncipe azul", ni al morado, verde ni siquiera al azul pálido. A lo largo de estos 23 años (casi 24 pero me rehuso a cumplirlos) he aprendido a no forzar las cosas, pero hasta ahora no he aprendido a ser paciente y menos a dejar de soñar e ilusionarme. A veces esa forma de ver la vida tiene sus ventajas, pero en otras termino entristeciendo. En fin, no resta más que esperar... ojalá no sea mucho tiempo.
Mi semana de locos empezó el martes cuando llevamos (Guadalupe y yo) a comer a nuestro asesor de tesis pues estamos a un paso Guadalupe y a dos yo de titularnos. Por fin podrán decirnos "licenciadas" sin ningún remordimiento de conciencia personal por ser pasantes. En cuanto a la comida, fuimos a Polanco a degustar platillos franceses a L'Olivier. (¿Qué sangronas no?). Pues no, más bien lo hicimos para agradecerle a Ricardo Magaña su tiempo, paciencia y dedicación durante un año. El lugar fue elegido por Guadalupe pues la comida favorita de nuestro asesor es la francesa... y no estuvo nada mal. Paradojas de la vida en París comí todo el tiempo hamburguesas y kebabs (comida árabe) y hasta el martes comí algo francés... éramos pobres en ese viaje.
El miércoles tuve mi "primera" entrevista de trabajo y parece que les pareció "bueno" mi currículum, después de una entrevista en inglés que me puso nerviosa porque pensé que el examinador sería una persona con acento de nativo, aún espero que suene el teléfono con una respuesta que quiero y no escuchar: Ya tienes trabajo. ¿Por qué no la quiero escuchar? ja ja ja. Traumas, me quieren como publi relacionista que maneje una cuenta de una empresa gringa. Tendría que platicar por teléfono con la encargada de la publicidad en Estados Unidos... HELP!!!!
¿Quién dijo que no hay trabajo? Hoy tenía que ir a una entrevista y no fui. ¿Por qué no fuiste? pues porque cuando me dijeron que era una entrevista de trabajo yo de inmediato dije sí, pero cuando colgué y analicé la dirección del lugar dije no. El trabajo era en Tecámac (Edo. Méx.) en el kilómetro 34 1/2. Ya no llamé para cancelar pues ni siquiera tengo el teléfono. Señorita reclutadora... I'm sorry... Lo bueno es que no era en el "Kilómetro 31" jijiji...
Si a lo anterior le aunamos que todos los días me he desvelado con tal de hacer ejercicios para la clase, me he puesto a estudiar como loca inglés y he dormido cinco horas todos los días (sé que es mucho a comparación de las 2 que un día dormí cuando estaba en la universidad y no precisamente por tarea sino por colgarme en el teléfono). Imaginen cómo termino la semana que en realidad para mí concluye el domingo...