sábado, noviembre 10, 2007

Let him go

Lo dejé ir y ahora soy feliz. El proceso de desencanto me duró menos tiempo de lo que pensaba, menos de lo que duró el último fallido amor. Este martes lo dejé ir.

Decidí que el amor no tiene que doler, tampoco el enamoramiento y he decidido inteligentemente dejarlo pasar, sin rencores, sin odio, con un bonito recuerdo de lo que fue y me dejó como persona.

Sé que lo veré de nuevo porque no quedamos mal. Nuestra última charla fue amable y dulce, como las últimas que habíamos tenido. Logré ablandar su corazón un poco y se volvió menos hostil de lo que era al principio con cualquier muestra de mi cariño. Sé que será mi amigo en un tiempo y que nos reiremos de lo que pasó por el simple hecho de que nos queremos mutuamente, a pesar de los errores y de las verdades ocultas.

Hoy soy feliz de no extrañarlo, de recordarlo sin querer llorar, de no necesitar escucharlo para sentirme tranquila y, próximamente, de verlo sin sentir que me derrito con el sólo roce de su piel.

Hoy quiero volver a ilusionarme.