De regreso.

Si pensaban que alguien me había raptado, que andaba perdida o que simplemente una bloggera más había perdido las ganas de seguir escribiendo a sus ciberlectores, pues estaban equivocados. Los motivos de mi ausencia han sido varios y trataré de resumirlos.

Hace casi un mes cambié de trabajo. Éste me da más para vivir y además tiene la ventaja de ser un empleo en el que me gustaría quedarme, si no toda la vida, sí un buen rato porque desde hace algunos ayeres había sido mi sueño integrarme a un grupo de consultores en comunicació. Y heme ahí, trabajando duro casi por 12 horas diarias, pero con la firme decisión de aprender en poco tiempo muchas cosas.

El cansancio ha sido otro de los motivos de mi ausencia. Trabajo de lunes a viernes, pero prácticamente me la vivo en una oficina y a la casa sólo la he adoptado como hostal durante la semana. Nada mal para una chica "soltera" que puede darse el privilegio de trabajar como abeja en su panal.

Finalmente, el último gran motivo de mi ausencia ha sido el "amor" o, para ser más exactos, el inicio de una historia de pareja. Aunque no me ha raptado nadie, estoy viviendo una de las etapas más aleccionadoras de mi vida personal, en la que he tratado de ser lo más madura posible ante la inminente relación "complicada" que he decidido vivir. Sigo saliendo con aquel hombre que me lleva más de 24 años y lo mejor de todo es que la edad no ha sido obstáculo para que en los últimos meses se hayan dado cosas inimaginables para mí. Comienzan las mentiritas piadosas a papás, las llamaditas nocturnas a "amigos" y los pensamientos tiernos que acaparan la mayor parte del tiempo.

Qué más es la vida, sino vivir.