viernes, septiembre 08, 2006

La ciudad del oso y el Madroño
Nos recuerdo sentados en el Parque del Retiro, ahí donde las parejas se sientan a mirar los rojizos atardeceres durante los fríos días de marzo. En donde al ritmo de tambores africanos perdidos en una tierra de blancos, los jóvenes danzan ritmos extraños de una África cercana a la Puerta del Sol.

Cuando la memoria me lo permite, también evoco las risillas nerviosas de los enamorados sentados justo frente al estanque y con la mirada fija a la inmensidad del atardecer que nos atrapó también esa vez . Nadie notó aquellos besos, miradas y risitas, sólo lo hicieron dos locos foráneos como tú y yo, que al primer dejo de amor vibramos ante la imposibilidad de hacernos compañía en la lejanía de otra tierra. Así recuerdo a la ciudad de las grandes puertas, las gitanas, el pasodoble y la Almudena de escalinatas altas...